miércoles, 4 de septiembre de 2013

De cómo las alpargatas se convirtieron en espadrilles


Lo reconozco. Una vez me acusaron de usar muchos anglicismos. Me molestó, pero lo cierto es que tenían razón.

"Lolita butterfly. Confesiones de una fashion victim de 8 años"

Con el verano dando sus últimos coletazos (por fechas, no por tiempo, ya que, por suerte, ha vuelto a salir el sol) y las revistas hablándonos de las nuevas tendencias (el tartán, la falda lápiz, el abrigo pastel...), os propongo echar la vista atrás y hablar de uno de los must de este verano: las alpargatas.

Si en el pasado fue la gran pantalla, con Audrey Hepburn y Lauren Bacall, quien las convirtió en objeto de deseo, este año han sido las bloggeras las que han hecho de ellas un objeto de culto. Cuando todavía no nos habíamos quitado el abrigo, llegó Chanel, con sus espadrilles, y dictó sentencia.




Y entonces, en ese momento, cambió todo y decidimos que las alpargatas o esparteñas (aquí, en Valencia, espardenyes) abandonarían su nombre para siempre y se llamarían espadrilles (término francés), incluso aunque seas una tienda de moda masculina en el centro de Valencia y decidas bautizarlas como “espadrillas”. Tarde o temprano tenía que pasar. Igual que cambiamos calzado deportivo por sneakers; gabardina por trench y falda pantalón por skort. La moda es así de caprichosa.

Espadrilles Channel. Telva.com

Las alpargatas son un calzado made in Spain, concretamente ligado a Aragón, Valencia, Baleares, La Rioja, Murcia, este de Andalucía y Cataluña.  Si cada verano las marcas sacaban un modelo, este año han sacado tres, cuatro, cinco... Ya se sabe, son las normas del mercado.

Las hemos visto de todo tipo de diseño, precio y material. Hermés, Loewe, Chanel, Miu Miu, Balenciaga, Marc Jacobs, Tommy Hilfiger, El Ganso, H&M y Mango, entre otras, se han rendido a la tendencia y, por supuesto, firmas como Miss Hamptons, que ha hecho de las alpargatas un estilo de vida y Mint and Rose, firma española que vende en Estados Unidos y que su sede se encuentra en Los Ángeles.

Para mí, hablar de alpargatas en España es irremediablemente hablar de Castañer y de La Manual Alpargatera, en Barcelona.

 Castañer y cómo Yves Saint Laurent se cruzó en su camino

Tenemos que remontarnos al año 1776 para encontrar al primer alpargatero de la familia Castañer, pero fue en 1927, cuando se llevó a cabo el proceso de industrialización y nació la marca con el nombre actual. La guerra civil trajo consigo la nacionalización de la empresa, ya que las alpargatas se consideraban producto de interés militar. 

Cuarenta años después, París quiso que Yves Saint Laurent y la familia Castañer se encontraran en una feria. El diseñador les encargó la que para algunos ha sido la primera alpargata con cuña de la historia. “¡Trajes de noche con alpargatas de yute! Para nosotros fue una aventura maravillosa que nos abrió los ojos a un trabajo innovador que ha dado excelentes resultados”, explica una y otra vez Isabel Castañer en las múltiples entrevistas que ha concedido a lo largo de todos estos años. Empezaba así la conversión de la alpargata. De calzado humilde a calzado de pasarela.



Hoy, todavía perdura su éxito, pero ¿cuál es su secreto? Mantener sus raíces. El yute y la lona. Señalan desde Castañer que sus zapatos no pierden la esencia de la alpargata. Su reto es adaptarse a las nuevos tiempos y hacer un producto joven con un precio asequible. 

La Manual Alpargatera y cómo calzar a Dalí y al Papa Juan Pablo II

La Manual Alpargatera, todo un símbolo en Barcelona, empezó como taller de alpargatas terminada la guerra civil. Desde ese momento, la tienda de la calle Avinyó ha visto desfilar a ilustres personajes, entre ellos, a Salvador Dalí, fan de este calzado, que lo usaba con todo tipo de ropa, incluso, con smoking. 

Pero, además, esta tienda ha tenido el honor de calzar a Jack Nicholson, Michael Douglas, Penélope Cruz y Julianne More, entre otros. E incluso, la historia de estas alpargatas llega hasta el Vaticano, donde el Papa Juan Pablo II también se convirtió en cliente suyo. 

Cuenta Joan Carles Tasies, responsable del negocio, que se las hacían a medida porque necesitaba que fueran más anchas de lo normal. Al parecer, pronto corrió la voz y cada vez que un español tenía una audiencia con el Papa le encargaba un par de alpargatas. La fama fue tal que un día Jean Paul Gaultier entró a la tienda (por cierto, no lo reconocieron) y les dijo: "ustedes son lo máximo porque le hacen las alpargatas al Papa".


www.lamanualalpargatera.es

Actualmente, La Manual Alpargatera no sólo es una tienda, sino también un reclamo turístico. Su folleto está traducido a 40 idiomas, todos ellos realizados como agradecimiento por sus clientes de forma voluntaria. 

Para finalizar: Si te gusta este tipo de calzado, no pierdas la oportunidad de visitar l’espardenyeria de Aïnna Munt en la calle Derechos de Valencia. Seguro que encontrarás las espardenyes que buscas!!

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