El 29 de mayo (mañana) se celebra el Día Internacional de la Danza. Para celebrarlo, recordamos cinco looks (de baile) que nos ha dejado el cine y que, aunque no lo parezca, tienen más cosas en común de las que imaginamos.
Swarovski está presente en dos de ellas y en tres de estas películas, las protagonistas contaron con sus diseñadores de cabecera. Ah! También dos de los trajes de este post fueron subastados por cantidades superiores a los 20.000 dólares y aunque dos de los diseñadores de vestuario de estos looks fueron nominados al Oscar, no se lo llevó ninguno
¿De qué outfits estamos hablando?
Cisne negro
El vestido negro de la escena final es una de las joyas estilísticas de la película, que cuenta con un vestuario increíble, obra de Amy Wescott que, por desgracia para ella, se vio eclipsada por las hermanas Kate y Laura Mulleavy, de Rodarte.
El vestuario fue de Wescott, quien fue nominada al Oscar aunque no se lo llevó, pero los vestidos más teatrales y espectaculares fueron obra de Rodarte, gracias a Natalie Portman, protagonista de la película.
Portman, que adora a las hermanas Mulleavy, pensó, tal y como comentó luego en varias entrevistas, que los vestidos de Rodarte eran muy cercanos al ballet. Parece ser que se los enseñó a Darren Aronofsky (el director) y este decidió que debían formar parte de la película.
A Rodarte, le tenemos que agradecer, entre otros vestidos, el fantástico tutú de tul negro, decorado con cristales de Swarovski y plumas. Parece ser que en la película se usaron cerca de 250.000 cristales entre complementos, vestuario y tiaras.
El vestido blanco también es obra de Rodarte |
A pesar de que los diseños de Rodarte son espectaculares, no debemos pasar por alto el trabajo de Wescott que, a través de todo el vestuario de la película, nos permite ver la evolución de la protagonista y su transformación solo con el uso de las tonalidades rosa, blanco, gris y negro.
Por cierto, muchos de los maillots que usa Natalie Portman fueron confeccionados en Cazalla de la Sierra (Sevilla). Allí tiene su taller de ropa de baile la bailarina Yumiko Takeshima.
Una cara con ángel (Funny Face)
París. Años 50. Una joven Audrey Hepburn (en la película, Jo Stockton) decide ponerse a bailar en una sala de jazz, ante la atónita mirada de Fred Astaire (en la película Dick Avery) porque, según afirma, “necesita expresarse a través del baile”.
El look escogido para dicha escena no puede ser más sencillo: un pantalón negro, un jersey negro, unos zapatos negros y unos calcetines blancos. ¡Sí, has oído bien! ¡Unos calcetines blancos que fueron motivo de discusión! Audrey (seguramente tú estás pensando lo mismo) se negó a ponérselos porque consideraba que echaría a perder el efecto de la silueta negra y cortaría la línea en sus pies. No opinaba lo mismo el director de la película, Stanley Donen, que, ante la negativa de la actriz, le contestó que si no llevaba esos calcetines se confundiría con el fondo negro. Finalmente, la actriz accedió y rodó la escena. Cuando vio la secuencia le mandó una nota al director en la que reconocía su error: “Tenías razón en lo de los calcetines. Con cariño, Audrey”.
Al igual que Natalie Portman con Rodarte, Audrey siempre tuvo debilidad por Givenchy. En esta película la diseñadora de vestuario era Edith Head, pero los modelos de alta costura de la película (en la ficción del modisto Paul Duval) son obra de Givenchy. Entre Givenchy y Head no hubo una buena relación, como ya os conté en el post 'Cuando Hubert entró en el armario de Audrey', y fue justo después de esta película cuando Audrey añadió una cláusula en su contrato en la que pedía que el diseñador de vestuario de sus películas fuera siempre Givenchy.
Lo cierto es que el trabajo de los dos (Head y Givenchy) les valió la nominación al Oscar, pero en aquella ocasión Head no se llevó la estatuilla. Ya se la había llevado en 'Sabrina', bueno, y en siete ocasiones más. Es la mujer que más Oscars se ha llevado (8) y ha sumado más nominaciones (35).
Los caballeros las prefieren rubias
Es difícil no acordarse del vestido fucsia de satén que luce Marilyn Monroe en la canción 'Diamonds are a girl’s best friend' en la película 'Los caballeros las prefieren rubias'. El diseño, con un gran lazo en la espalda, escote palabra de honor y con unos guantes del mismo tono como complemento, es obra, al igual que tantos otros vestidos que lució la actriz, de William Travilla. Otro binomio diseñador -actriz de la historia del cine, aunque en esta ocasión, fueron más que amigos. Las joyas de este número musical también son de Swarovski.
El vestido se vendió en 2010 en una subasta por 30.000 dólares. Unos años antes, en 1985, Madona quiso rendir homenaje a Marilyn luciendo una copia del vestido fucsia en el vídeo 'Material Girl'. Curioso que en 2014, ese vestido formara parte, junto a otros de la cantante como el de su boda o el vestuario de la película 'Evita', de una subasta en la Julien’s Beverly Hills Gallery y que su precio de salida fuera superior al recaudado con el original.
La escena de Gene Kelly cantando bajo la lluvia es un clásico del cine, casi tanto como el traje de lana gris que lleva. El vestuario corrió a cargo de Walter Plunkett, quien confeccionó dos trajes iguales a medida para esta secuencia, una auténtica pesadilla para el actor que tuvo que rodar con fiebre.
'Cantando bajo la lluvia', junto con 'Lo que el viento se llevó' y 'Un americano en París' fueron las tres grandes creaciones de Plunkett. De hecho, el vestuario de 'Cantando la lluvia' ha servido de inspiración para otras películas como 'The artist', y 'Un americano en París' le dio un Oscar por el vestuario.
No está claro si la chaqueta de Gene Kelly encogió a causa del agua, como he leído en algunas webs de cine (otras lo desmienten), pero lo que sí que dejó la lluvia (agua mezclada con leche para que se viera mejor en la pantalla) fueron manchas de humedad en el forro de la chaqueta. Esas manchas fueron las culpables de que el coleccionista de objetos Gerry Sola comprara este traje en 1970 por menos de 10 dólares. Fue en los Ángeles, en una subasta de segunda categoría que ofrecía los últimos trajes cedidos por la industria del cine.
Como afirmaría después fue eso junto con una etiqueta en el bolsillo interior en la que ponía “Gene Kelly” y el número de producción lo que le hizo pensar que estaba ante el traje de la famosa película. Y no se equivocaba. En 2013, ese mismo traje de lana fue subastado y comprado por 77.000 dólares por Robert Earl, dueño de la cadena de restaurantes Planet Hollywood.
El vestido rosa empolvado de la última escena de Baby se ha convertido en un must para cualquier it girl. El diseño, de falda plisada de vuelo por la rodilla, escote redondo y tirantes podría estar ahora mismo en el vestidor de cualquiera de nosotras, porque, a pesar de que la película cumplió 25 años en 2012, los modelitos que lucía Baby en la película siguen estando de moda. Y este año más, que vuelven los bodys. ¿Que levante la mano quien no tiene en su armario unas zapatillas de tela, unos shorts de talle alto o unos vaqueros cortos?
El vestuario, según la ficha técnica de la película, es obra de Claudia Stephens, Elizabeth Feldbauer, Hilary Rosenfeld, Lisa Grace Erndt y Mark Burchard.
¿Sabías que a Jennifer Grey (la protagonista) le daba miedo practicar el salto del final (sí, ese que en la película ensayan en el lago), y solo lo hizo cuando se vio obligada a grabar la escena?
Y tú, ¿qué look de baile añadirías a esta lista?