Lo reconozco. Adoro el estilo ‘Jackie’.
Cuentan los responsables de marketing de algunas marcas que cuando Paula Echevarría o Sara Carbonero lucen algunas de sus prendas, éstas se agotan en cuestión de horas. Son ‘it girls’. En los 60 también hubo una ‘It girl’. No era actriz ni periodista (aunque escribió algunos artículos en el ‘Washington Times-Herald’ y también se atrevió con la fotografía). Era la primera dama de Estados Unidos. Esta semana, Jackie Kennedy vuelve a la actualidad, ya que el viernes (22 de noviembre) se cumplen 50 años del asesinato de su marido John Fitzgerald Kennedy.
Leo en ‘Divas rebeldes’ (libro de Cristina Morató que me ha dado muchas pistas para este post y al que ya me he referido en este blog) que la llegada de Jackie Kennedy a La Casa Blanca desató la ‘jackiemania’: “En algunas tiendas se podían ver maniquíes con rasgos idénticos a los suyos y las peluquerías anunciaban a sus clientes el corte ‘Jackie’. Las vitrinas de las tiendas mostraban sus vestidos sin mangas de cuello geométrico, ajustados al cuerpo... Se fabricaron figuras de porcelana, adornos de Navidad y hasta juegos de mesa inspirados en ella”.
Incluso hoy en día todavía se puede comprar, a través de Amazon, muñecos recortables con su propio guardarropa. Su influencia en aquel momento era tal que parece ser que hasta la muñeca Barbie imitó el estilo de la esposa del Presidente. La primera dama se había convertido en un icono de moda.
Un nuevo Versalles en Estados Unidos
Jackie Kennedy fue una americana afrancesada. Confió su estilo a Oleg Cassini, un parisino afincado en Nueva York. “Vísteme como si John fuese el presidente de Francia”, le dijo en uno de sus primeros encuentros .Y éste, sin duda, fue el inicio del ‘estilo Jackie’.
Si Cassini fue su modisto de cabecera, Marita O’connor fue su personal shopper y un por aquel entonces desconocido Roy Halson Frowick, el encargado de diseñar el sombrero pillbox (recibe este nombre por su forma de pastillero) que la primera dama llevó en 1961 en el acto de juramento de Kennedy en el Capitolio.
Hoy, gracias a unas cartas dirigidas a Marita O’connor, que se subastarán el viernes (22 de noviembre), sabemos que en su tarea de encontrar los mejores complementos para los outfits de la primera dama no estaba sola. Jackie Kennedy era exigente y caprichosa. Le enviaba recortes de revistas y bocetos con lo que quería y con lo que Cassini estaba diseñando para ella. Incluso en una de estas misivas, preguntaba por Diana Vreeland, que en aquel momento trabajaba en la revista ‘Harper’s Bazaar’. En palabras del periódico ‘Boston Globe’ es como si ahora Michelle Obama preguntara por Anna Wintour.
Pero la primera dama también adoraba a Chanel, Dior y Givenchy, entre otros. Éste ultimo diseñó varios modelos para ella, como ‘su abrigo rojo de la suerte’ y el vestido de noche que llevó en la cena de gala que el presidente francés ofreció en el Palacio de Versalles.
Foto: Trendipia.com |
Jackie, muy a su pesar, era el espejo de muchas mujeres. Fue admirada por muchos y vilipendiada por otros, sobre todo por la cantidad de dinero que gastaba en ropa, pero lo cierto es que popularizó los sombreros pillbox, pese a que no le gustaban; los collares de perlas falsas de Kenneth Jay Lane, y los guantes, que siempre llevaba para esconder las manchas que dejaban los cigarrillos en sus manos.
¿Un chanel falso?
El 22 de noviembre de 1963 el mundo se paró para Jackie Kennedy. Nunca hubiera imaginado que el modelo elegido para su visita oficial a Dallas acabaría convirtiéndose trágicamente en protagonista de la historia de Estados Unidos.
El día del asesinato de John F. Kennedy, la primera dama lucía un Chanel de color rosa (como curiosidad, en aquellos momentos la televisión todavía era en blanco y negro, así que no sería hasta 1964 cuando se descubriría el color del traje, gracias a la revista Life), con sombrero pillbox y guantes de color blanco.
Durante mucho tiempo se creyó que se trataba de un Chanel verdadero, sin embargo, fue Karl Lagerfeld quien desveló que esto no era del todo cierto. Al parecer, Jackie Kennedy era gran fan de Coco Chanel (a pesar de que la diseñadora siempre pensó que Jackie Kennedy vestía mal), sin embargo, la compra de ropa a diseñadores franceses y no americanos podría haberla tachado de antipatriota (Esto nos suena, ¿verdad? Casi 50 años después, Michelle Obama fue criticada por llevar un vestido del británico Alexander McQueen en una visita del Presidente de China, Hu Jintao, a Estados Unidos).
Así que encontró la solución. Podía adquirir este tipo de prendas en el taller Chez Ninon en Nueva York. Las piezas, tal y como cuenta Justine Picardine en ‘Chanel-Her Life’, se elaboraban con materiales, telas y botones que enviaba directamente Chanel desde París. Hoy, ese traje rosa, que todavía conserva las manchas de sangre porque nunca fue limpiado, está bajo la custodia de los Archivos Nacionales en una pequeña ciudad de Maryland.
De Jackie Kennedy a Jackie O
Tras casarse con Aristóteles Onassis en 1968, Jackie Kennedy dio paso a Jackie O. Atrás quedaron los sombreros pillbox. Ahora, su estilo era más relajado: pantalones anchos, vestidos estampados y, como no, las famosas gafas oversize de Nina Ricci. Entre sus modistos preferidos de esta época, volvía a estar Valentino, quien en más de una ocasión ha confesado que le debe su carrera a la ex primera dama, y Carolina Herrera. El primero fue el encargado de diseñar el vestido para su boda con Aristóteles Onassis; la segunda la vestiría durante los últimos doce años de su vida.
Jackie Kennedy siguió teniendo influencia en el mundo de la moda. De hecho, Gucci no dudó en bautizar uno de sus bolsos como el bolso 'Jackie', tras haber visto a la ex primera dama con dicho modelo en varias ocasiones.
Hoy, cincuenta años después, Jackie Kennedy todavía conserva la etiqueta de haber sido la primera dama mejor vestida. ¿La desbancará Michelle Obama?
Para finalizar: Si te interesa la relación entre la política y la moda no dejes de leer el libro “Política y moda. La imagen del poder” de Patrycia Centeno. También puedes visitar su blog 'politicaymoda.com'.