viernes, 11 de mayo de 2018

Diez diseñadores que han estado en Eurovisión y otros que estuvieron cerca

El mundo se divide entre los que son eurofans y los que no. Y este año, además, se suman los seguidores de Almaia o lo que es lo mismo, Amaia y Alfred. A estas alturas seguro que sabes que son los representantes de España para Eurovisión y que los dos estuvieron en la pasada edición de Operación Triunfo. De hecho, desde que salieron de la academia todo lo que hacen o dicen es noticia y, por supuesto, también la moda.

Para su experiencia eurovisiva Amaia abandona a Dolores Promesas (en OT llevó varios vestidos de la firma española y también en algún look de día de los actos relacionados con Eurovisión) y apuesta por Teresa Helbig y Alfred, por Paco Varela. Ambos, con moda española, y ambos, bajo el consejo (o imposición) de Rosa Planas, estilista también de OT.  

No es ninguna sorpresa el modelo que lucirán mañana en el Altice Arena. Viajaron a Lisboa con tres modelos confeccionados por estos diseñadores y, tras probarlos en los ensayos (Alfred solo probó dos y no hemos podido ver un traje que le hicieron en color marrón),  finalmente, Amaia, llevará el vestido negro, de escote pronunciado, con adornos dorados y plateados y Alfred, traje granate con bordados dorados en la manga izquierda. Tal y como explica, el diseñador Paco Varela en esta entrevista de OT Visión, el bordado de la manga está inspirado en el logo de este año de Eurovisión.





Pero antes que Teresa Helbig y Paco Varela, otros diseñadores han pasado por Eurovisión y otros estuvieron a punto de hacerlo. Hoy hacemos un recorrido por la moda eurovisiva:

Pertegaz. Corría el año 69 y una jovencísima Salomé interpretaba ‘Vivo cantando’ y, aunque por sus movimientos nunca lo hubieras adivinado, el traje de flecos que llevaba pesaba ¡14 kilos! En este modelo, Pertegaz no fue fiel a su estilo. Confeccionó un traje en color turquesa con canutillos de porcelana y bordados a mano. Cuenta Salomé en esta entrevista concedida en 1995 en el programa ‘El Camarote’ que la prenda se la entregaron momentos antes de salir al escenario y que no sabía lo que pesaba. De hecho, hasta ese momento, ella solo se había probado el forro. En esa misma entrevista señala que como por aquel entonces la televisión era en blanco y negro, el vestido parecía realmente de paja.




Courrèges. Un año antes, Masiel se convertía en una it girl y escribía un capítulo en la historia de la moda con su vestido minifaldero de Courrèges que había comprado en París solo unos días antes de su actuación en Londres. El pasado 6 de abril, este vestido, que le costó a la cantante 49.000 pesetas, cumplió 50 años. Masiel todavía lo conserva.




Agatha Ruiz de la Prada. En 1999, Lidya representaba a España en Eurovisión  enfundada en un llamativo vestido de Agatha Ruiz de la Prada. Quedó la última y, además, recibió el Premio Bárbara Dex que se otorga a los peores estilismos, desde que en el año 1993 esta cantante belga recibiera muchas críticas por sus vestidos que había diseñado ella misma. Decidió, entonces, crear este premio. En España sólo lo tiene Lidya y la ex triunfita Gisela, en el año 2008, aunque ella representaba a Andorra.

Muchos años después, Lydia, en esta entrevista, se refería a su experiencia eurovisiva:  “Te puedo decir que me pilló muy joven y yo no me daba cuenta de muchas cosas. Si me hubiera pillado esa experiencia con más edad, las cosas habrían sido de otra manera. Se criticó el vestuario, sí, que si era inapropiado, que si era un guiño a la bandera gay… En realidad, me pusieron ese traje porque Ágatha Ruiz de la Prada es una diseñadora conocida mundialmente y era un honor para TVE que su representante en Eurovisión llevase una de las creaciones de todo un mito viviente de la moda. Igual no iba muy acorde a una canción tan seria, pero tampoco entendí que se armara tanto revuelo. Ya te digo, peores son otras cosas que se ven hoy en día en el Festival… De todas formas, se culpó al vestido entre otras cosas porque a algo le tenían que echar la culpa, ya que de la canción no podían hablar nada malo. La canción era magistral”.



Cañavate. Es uno de los diseñadores de cabecera de Pastora Soler y apostó por él para Eurovisión. Lució un vestido asimétrico en color aguamarina de corte helénico. No gustó mucho a la prensa británica y durante la retransmisión de la gala, uno de los periodistas ‘The guardian’ lo calificó como un mantel: “Debido a la crisis económica, la cantante viste el tercer mejor mantel de su madre”, comentó.



José Fuentes. Si Pastora Soler confió en uno de sus diseñadores de cabecera, Edurne hizo exactamente lo mismo con José Fuentes, el encargado de su vestuario para Eurovisión. Parece ser que viajó a Viena con una maleta en la que llevaba 40 estilismos y 30 pares de zapatos, valorada en 50.000 euros, según contó en su día el periodista Rafa Muñoz en Efe Estilo. Finalmente, la vimos en la gran final con una capa roja, cuya elaboración duró tres meses, y debajo un vestido color verde agua confeccionado con ocho kilos de cristal. “Los vestidos son complicados, pero Edurne no deja que el vestido la lleve a ella, sino que ella lleva el vestido”, comentó el diseñador José Fuentes. 



Yolancris. Raquel del Rosario demostró que no es supersticiosa y escogió un vestido amarillo con detalles dorados de Yolancris (firma que también elegiría después para su boda con Pedro Castro). “Me gustaba mucho su look bohemio. Es una empresa familiar y produce todo en España. Tenía la idea muy clara, se lo propuse a Yolanda y empezamos a desarrollarla y a trabajar juntas”, explicó la cantante de El sueño de Morfeo. Completaba el look con unas tobilleras doradas (iba descalza) de inspiración romana de Aristocrazy.




Jean Paul Gaultier.  Es uno de los diseñadores que más veces ha pisado un escenario de Eurovisión. Por ejemplo, Conchita Wurst en 2014 con un vestido color champán con bordados en hilo dorado. También Dana Internacional ha apostado en dos ocasiones por este diseñador. En 1998 cuando ganó con su canción ‘Diva’ (se cambió una vez supo que era ganadora) y en el año 2011, pero no pasó a la gran final.





Francis Montesinos. Pudo haber vestido a las Azúcar Moreno en 1990, pero un fallo de última hora -se rompió el cierre de la cremallera- hizo que las hermanas Salazar aparecieran de de negro (con dos vestidos que compraron en un mercadillo), en lugar de con el vestido rojo con volantes del diseñador valenciano. No era la primera vez que Francis Montesinos era elegido para Eurovisión y solo unos años antes, en 1988, fue, junto con Antonio Alvarado, el encargado del vestuario de la Década Prodigiosa.





Toni Benítez. Tampoco Toni Benítez tuvo suerte y no pudo ver su diseño en la actuación de Remedios Amaya que se vio obligada a cambiar su vestuario porque desde la organización le dijeron que no "pegaba con la decoración del escenario'. Tuvo que cambiar un vestido de gasa malva con flores de pedrería y volantes por el traje del videoclip, el de rayas blanco y azul. Por eso iba descalza, porque el videoclip ¡se había grabado en la playa!




Otros como Dior, con las Baccara, y Antonio Nieto, con Karina, también han pisado Eurovisión y hay looks que, año tras año, entran en la lista de los mejores como el que lució Paloma San Basilio.




Y tú, ¿qué look recuerdas?