lunes, 30 de diciembre de 2013

Cinco nombres propios del vestuario de 'Los juegos del hambre'


Lo reconozco. No he leído la trilogía de ‘Los Juegos del Hambre’. La primera película la vi en casa y  me encantó. La segunda, la disfruté en la pantalla grande.


Cuando Francis Lawrence le confió el vestuario de la segunda parte de ‘Los juegos del hambre’ a la diseñadora Trish Summerville tenía claro lo que quería. Su trabajo debía reflejar el espíritu del Capitolio de las novelas de Suzanne Collins. La tarea no era fácil y hasta los diseños que lucen los actores durante la celebración de los Juegos, trajeron algún que otro quebradero de cabeza a Summervile. Según ha explicado, tuvieron que diseñarse hasta 24 tipos diferentes de bodys, adaptados a las formas y edades de los diferentes actores, y que, además, les permitieran nadar, correr y soportar temperaturas elevadas.


Foto: www.ellahoy.es


Y frente al vestuario funcional, estaba el vestuario del Capitolio, el de la alta costura. Un ‘verdadero’ infierno para la heroína Jennifer Lawrence, quien ha reconocido que ‘aunque muchos de los vestidos que lucí eran preciosos y me sentaban muy bien, después de llevarlos 12 horas puestos te daban ganas de quemarlos”. 

Obras de diseñadores conocidos, de diseñadores locales, piezas vintage y creaciones exclusivas permitieron que algunos de los actores principales se cambiaran hasta 60 veces de vestuario.



Foto: vamosalcine.com

Sin duda, el diseño y la moda son grandes protagonistas en 'Los juegos del hambre: en llamas'. Por eso, hoy hablamos de cinco nombres propios en el vestuario de la película:

1. El primero está claro, Trish Summerville. Es la encargada de vestuario de ‘Los juegos del hambre: en llamas’.  Si el director de la primera película, Gary Rose, confió la magia del vestuario a Judianna Makovwsky, en esta segunda parte, su director Francis Lawrence apostó por Trish Summerville. El resultado fue tan espectacular, que fue distinguida como la Diseñadora de Vestuario del Año, en la 10th Annual Style Awards.






Además, la fiebre por los modelos de Summerville ha sido tal que ha creado para la tienda on line Net-a-porter la colección cápsula ‘Capitol Couture’. Vestidos, pantalones de cuero y camisetas, predominantemente negros, que te permitirán vestir, si quieres, como la auténtica protagonista de  ‘Los Juegos del Hambre’. Quizá el éxito de Summerville fue imaginar, como ella misma ha desvelado, a Katniss Everdeen como una verdadera ‘it girl’.


Modelo de la colección cápsula 'Capitol Couture'. (Foto: El Mundo) 


2. Alexander McQueen. Si la primera adaptación cinematográfica llevaba la firma de Elsa Shiaparelli (Judianna Makovwsky se apoyó en sus archivos)’, en esta ocasión, Trish Summerville ha hecho lo mismo con Alexander McQueen, muy presente en los vestidos de alta costura que luce Effie Trinket (Elizabeth Banks). De hecho, uno de los más espectaculares -el de mariposas- pertenece a la colección primavera-verano 2011 del diseñador británico. Eso sí, para la película se creó el tocado y se completó el look con unos magníficos zapatos de Iris Van Harpen. 





Otro de los vestidos inspirados en Alexander McQueen (Foto. Blog diez minutos)

3. Tex Saverio. El espectacular vestido de novia de Katniss es obra del diseñador Tex Saverio, al que muchos han bautizado como ‘el Alexander McQueen de Indonesia’. Por sus manos, o mejor dicho, sus diseños, han pasado Kim Kardashian y Lady Gaga y, ahora, gracias a los ‘Juegos del hambre’, también Katniss Everdeen. Cuenta Trish Summerville que ella había visto un vestido diseñado por Tex Saverio con un corpiño de metal y que decidió que quería incorporarlo al vestuario de la heroína. El diseño en cuestión era el modelo ‘Ice Vixen Couture’, de su colección primavera-verano 2011. Varias llamadas de skype y diferentes bocetos  dieron, finalmente, con el llamativo vestido que luce la protagonista en la gala de los 75º Juegos del Hambre.

Foto: vistelacalle.com

4. María Dora es una diseñadora de prendas de punto de Los Ángeles. Y a ella le debemos el chal, hecho a mano, de Katniss Everdeen. “Como diseñadora siempre te imaginas a una compleja y magnética heroína en tu ropa, así que ver a Katniss es una experiencia surreal”, ha explicado Dora, quien ha visto hecho realidad uno de sus sueños.


Foto: vistelacalle.com

5. Ve Neil. Si los vestidos de la película son espectaculares, el maquillaje no se queda atrás. Es el complemento perfecto. En esta ocasión, el maquillaje fue obra de Ve Neil, maquilladora de ‘Piratas del Caribe’, nominada ocho veces a los Oscar y ganadora de tres estatuillas. Para Ve Neil, ‘esta película es un sueño para cualquier artista de maquillaje’. Si Net a porter ha lanzado una colección cápsula, la marca cosmética Covergirl ha hecho lo mismo y ha creado junto con Lionsgate ‘Capitol collection’, 12 looks inspirados en 12 distritos del país ficticio Panem. Además, se puede recrear los maquillajes de la película con ayuda de los tutoriales que ofrece la marca.







Para finalizar: Aprovecho el final de este post para desearos un feliz 2014 y para que en el nuevo año nos sigamos encontrando por aquí!!





viernes, 20 de diciembre de 2013

Pop up stores, algo más que ir de compras


Lo reconozco. Me encantan las acciones de marketing experiencial. Soy una 'compradora facilona'

Los fans de Desigual seguramente ya os habréis enterado de que, desde ayer y hasta el próximo 22 de diciembre, tenéis una cita con vuestra marca favorita en una nueva edición de Ruzafa Fashion Week. También habréis visto que se trata de una Pop Up Store, ¿una qué?

Las pop up stores nacieron en los 90, pero nos siguen cautivando. Tenemos que retroceder unos cuantos años  para conocer la que ha sido considerada la primera de estas tiendas efímeras. Fue en 1999 cuando la empresa japonesa Comme des Garçons decidió transformar un garaje destartalado de Nueva York en una tienda de corta duración. Desde entonces, son numerosas las marcas que se han sumado a esta moda.

Pop up store de la firma 'Brothers' en estaciones de tren y aeropuertos. Presentaron su colección 'Travel'

¿Qué tienen de especial estas tiendas? Son una invención del marketing experiencial, ese marketing que trata de cautivarnos desde el primer momento y hacer de nuestra compra, una experiencia diferente. Las Pop Up son tiendas temporales, no aptas para aburridos, que se montan, generalmente, en lugares inesperados porque la ubicación es una parte fundamental de este juego entre consumidores y marca. 


Pop up store Google. Ha creado 'The winter wonderlab', en la que se recrea una nevada

Un garaje, un autobús, una fábrica abandonada, una jaima en medio del desierto...La imaginación nunca tiene límites y el reto es convertir un simple lugar en un lugar exclusivo. Las empresas de cualquier sector han visto en estas tiendas nómadas, una herramienta perfecta para transmitir su imagen de marca. Son la estrategia perfecta para llamar la atención y, en muchas ocasiones, son también una manera de liberarse del stock sobrante.

Pop up store 'The hovse', en Madrid. Tres plantas con más de 80 firmas


'Juice Bar farmacia', pop up store de Prada en Qatar

El objetivo es sorprender y, por supuesto, cautivar.  Además, claro está, de hacerle pasar al cliente un rato agradable. Por eso es frecuente que haya DJ’s, cocktails, talleres, actividades para niños, etc.

Os dejo una mini guía con algunas pop up y mercadillos que podemos encontrar estas Navidades en Valencia:

Para los incondicionales de Desigual: Pop Up Store Desigual

Más de 40.000 prendas de chico, chica y niños de esta marca, en un ambiente festivo con música y cava para todos los asistentes. Estará abierta hasta el próximo 22 de diciembre, de 10 a 21 horas. La encontrarás en Ruzafa, en la calle Pedro III El Grande, 11 duplicado (bajos).



Foto Ruzafa Fashion week


Para los más glamurosos: Chic Market

Un total de 15 firmas de ropa de mujer, de hombre, infantil, calzado y decoración se dan cita desde ayer y hasta el próximo 5 de enero en el Chic Market.  Podemos encontrar la moda femenina de Uke, Wolflamb, Ethic Rose, Elegans moda, Pink Life y Las cositas de Alejandra, así como la moda masculina de The Fresh Brand y Camisas italianas. 


Foto: Cartel del Market Chic

También tiene cabida la moda infantil, con Outlet Nerea; el calzado, con Myblüchers; la alta bisutería, con Tessa Doman, La casita de Auxi y Zemes; y la decoración, con UO y Verdearte. Cada uno de ellos recrea en su espacio un mundo propio, reflejando la esencia de su marca. Yo todavía no he ido, pero tengo que reconocer que, al pasar por el escaparate, me he enamorado del "saloncito" que ha creado Myblüchers.


Foto del facebook de Chic Market

Ubicado en Boulevard Austria (con acceso directo desde Don Juan de Austria, número 4), estará abierto de lunes a sábado, de 10 a 21 horas y domingos, de 11 a 21 horas. El 24 y el 31 de diciembre, el horario será de 10 a 20 horas.  

Y ¿sabes qué es lo mejor de todo? Que disfrutaremos del Chic Market hasta el próximo 1 de febrero, con dos nuevas ediciones y nuevas marcas. La primera, del 7 al 18 de enero y la segunda, del 20 de enero al 1 de febrero.



Foto: facebook Chic Market

Para los amantes del handmade: The Pop Up Market
A estas alturas, creo que ya queda muy poca gente que no conozca el The Pop Up Market. Tras la ‘candy edition’, que se celebró a principios de diciembre, vuelve estas Navidades con la ‘Christmas edition” (del 20 al 22 de diciembre) y la Reyes edition (4 y 5 de enero). Un total de 50 expositores en cada edición, con creaciones sorprendentes hechas a mano.

¿Dónde? En pleno centro del Carmen, en la calle Caballeros, 36, en el edificio del antiguo Hannax. Puedes visitarlo los viernes y sábados, de 12 pm a 1 am horas y los domingos, de 12 a 20.30 horas.



Cartel The Pop Up Market


Y tú, ¿dónde comprarás tus regalos estas Navidades? ¿Conoces alguna pop up o mercadito más? Cuéntanoslo!

Para finalizar: Estas Navidades también puedes ir al Christmas Space Festival. Las Naves acogen este festival, que cuenta con un mercadillo de artesanía, acciones solidarias, talleres para niños, conciertos y escuela de cocina, entre otras iniciativas. Se celebra del 20 de diciembre al 5 de enero. Puedes ver los horarios en su página web.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Jackie Kennedy, la chica de moda de La Casa Blanca


Lo reconozco. Adoro el estilo ‘Jackie’.

Cuentan los responsables de marketing de algunas marcas que cuando Paula Echevarría o Sara Carbonero lucen algunas de sus prendas, éstas se agotan en cuestión de horas. Son ‘it girls’. En los 60 también hubo una ‘It girl’. No era actriz ni periodista (aunque escribió algunos artículos en el ‘Washington Times-Herald’ y también se atrevió con la fotografía). Era la primera dama de Estados Unidos. Esta semana, Jackie Kennedy vuelve a la actualidad, ya que el viernes (22 de noviembre) se cumplen 50 años del asesinato de su marido John Fitzgerald Kennedy.


Leo en ‘Divas rebeldes’ (libro de Cristina Morató que me ha dado muchas pistas para este post y al que ya me he referido en este blog) que la  llegada de Jackie Kennedy a La Casa Blanca desató la ‘jackiemania’: “En algunas tiendas se podían ver maniquíes con rasgos idénticos a los suyos y las peluquerías anunciaban a sus clientes el corte ‘Jackie’. Las vitrinas de las tiendas mostraban sus vestidos sin mangas de cuello geométrico, ajustados al cuerpo... Se fabricaron figuras de porcelana, adornos de Navidad y hasta juegos de mesa inspirados en ella”. 

Incluso hoy en día todavía se puede comprar, a través de Amazon, muñecos recortables con su propio guardarropa. Su influencia en aquel momento era tal que parece ser que hasta la muñeca Barbie imitó el estilo de la esposa del Presidente. La primera dama se había convertido en un icono de moda.



Un nuevo Versalles en Estados Unidos

Jackie Kennedy fue una americana afrancesada. Confió su estilo a Oleg Cassini, un parisino afincado en Nueva York.  “Vísteme como si John fuese el presidente de Francia”, le dijo en uno de sus primeros encuentros .Y  éste, sin duda, fue el inicio del ‘estilo Jackie’.   

Si Cassini fue su modisto de cabecera, Marita O’connor fue su personal shopper  y un por aquel entonces desconocido Roy Halson Frowick, el encargado de diseñar el sombrero pillbox (recibe este nombre por su forma de pastillero) que la primera dama llevó en 1961 en el acto de juramento de Kennedy en el Capitolio.




Hoy, gracias a unas cartas dirigidas a Marita O’connor, que se subastarán el viernes (22 de noviembre), sabemos que en su tarea de encontrar los mejores complementos para los outfits de la primera dama no estaba sola. Jackie Kennedy era exigente y caprichosa. Le enviaba recortes de revistas y bocetos con lo que quería y con lo que Cassini estaba diseñando para ella. Incluso en una de estas misivas, preguntaba por Diana Vreeland, que en aquel momento trabajaba en la revista ‘Harper’s Bazaar’. En palabras del periódico ‘Boston Globe’ es como si ahora Michelle Obama preguntara por Anna Wintour.



Pero la primera dama también adoraba a Chanel, Dior y Givenchy, entre otros. Éste ultimo diseñó varios modelos para ella, como ‘su abrigo rojo de la suerte’ y el vestido de noche que llevó en la cena de gala que el presidente francés ofreció en el Palacio de Versalles. 

Foto: Trendipia.com
Jackie, muy a su pesar, era el espejo de muchas mujeres. Fue admirada por muchos y vilipendiada por otros, sobre todo por la cantidad de dinero que gastaba en ropa, pero lo cierto es que popularizó los sombreros pillbox, pese a que no le gustaban; los collares de perlas falsas de Kenneth Jay Lane, y los guantes, que siempre llevaba para esconder las manchas que dejaban los cigarrillos en sus manos.



¿Un chanel falso?

El 22 de noviembre de 1963 el mundo se paró para Jackie Kennedy. Nunca hubiera imaginado que el modelo elegido para su visita oficial a Dallas acabaría convirtiéndose trágicamente en protagonista de la historia de Estados Unidos.



El día del asesinato de John F. Kennedy, la primera dama lucía un Chanel de color rosa (como curiosidad, en aquellos momentos la televisión todavía era en blanco y negro, así que no sería hasta 1964 cuando se descubriría el color del traje, gracias a la revista Life), con sombrero pillbox y guantes de color blanco. 

Durante mucho tiempo se creyó que se trataba de un Chanel verdadero, sin embargo, fue Karl Lagerfeld quien desveló que esto no era del todo cierto. Al parecer, Jackie Kennedy era gran fan de Coco Chanel (a pesar de que la diseñadora siempre pensó que Jackie Kennedy vestía mal), sin embargo, la compra de ropa a diseñadores franceses y no americanos podría haberla tachado de antipatriota (Esto nos suena, ¿verdad? Casi 50 años después, Michelle Obama fue criticada por llevar un vestido del británico Alexander McQueen en una visita del Presidente de China, Hu Jintao, a Estados Unidos).


Así que encontró la solución. Podía adquirir este tipo de prendas en el taller Chez Ninon en Nueva York. Las piezas, tal y como cuenta Justine Picardine en ‘Chanel-Her Life’, se elaboraban con materiales, telas y botones que enviaba directamente Chanel desde París. Hoy, ese traje rosa, que todavía conserva las manchas de sangre porque nunca fue limpiado, está bajo la custodia de los Archivos Nacionales en una pequeña ciudad de Maryland.

De Jackie Kennedy a Jackie O

Tras casarse con Aristóteles Onassis en 1968, Jackie Kennedy dio paso a Jackie O. Atrás quedaron los sombreros pillbox. Ahora, su estilo era más relajado: pantalones anchos, vestidos estampados y, como no, las famosas gafas oversize de Nina Ricci. Entre sus modistos preferidos de esta época, volvía a estar Valentino, quien en más de una ocasión ha confesado que le debe su carrera a la ex primera dama, y Carolina Herrera. El primero fue el encargado de diseñar el vestido para su boda con Aristóteles Onassis; la segunda la vestiría durante los últimos doce años de su vida.



Jackie Kennedy siguió teniendo influencia en el mundo de la moda. De hecho, Gucci no dudó en bautizar uno de sus bolsos como el bolso 'Jackie', tras haber visto a la ex primera dama con dicho modelo en varias ocasiones. 



Hoy, cincuenta años después, Jackie Kennedy todavía conserva la etiqueta de haber sido la primera dama mejor vestida. ¿La desbancará Michelle Obama?

Para finalizar: Si te interesa la relación entre la política y la moda no dejes de leer el libro “Política y moda. La imagen del poder” de Patrycia Centeno. También puedes visitar su blog 'politicaymoda.com'.

lunes, 4 de noviembre de 2013

10 claves para entender la moda de 'El tiempo entre costuras'

Lo reconozco. Soy fan de ‘El tiempo entre costuras’. Primero lo fui del libro. Ahora, de la serie.

Verano de 2010. Recorrí Tetuán, Tánger, Lisboa y Madrid de la mano de Sira Quiroga. La historia de una humilde costurera que lo abandona todo por amor, me conquistó desde el primer momento. Pasé varios meses enganchada a aquella vida que discurría de forma paralela por la política y  la moda. Soñé con la elaboración de cada vestido, con sus telas, sus complementos y disfruté con descripciones como ésta: "Entré en el hotel Palace un mediodía de mediados de septiembre con el andar seguro de alguien que hubiera pasado media vida taconeando por los halls de los mejores hoteles del planeta. Llevaba un tailleur de lana fría color sangre espesa... Complementaba el atuendo con unos zapatos de piel de cocodrilo y altura de andamio adquiridos en la mejor zapatería del  boulevard Pasteur. En las manos, un bolso a juego y un par de guantes de piel de becerro teñida en gris perla”.




Hoy, a punto de ver el tercer capítulo de esta serie, os cuento mis 10 claves para entender la moda de esta serie, que ya en su primer capítulo sentó frente al televisor a cinco millones de espectadores.

1. Un nombre propio: Bina Daigeler. Es la encargada de vestuario de esta serie que tardó siete meses en rodarse. Daigeler, nominada al Goya por ‘Volver’, ‘Todo sobre mi madre’ , ‘Inconscientes’ y ‘Princesas’, es una de las grandes del backstage de nuestro cine. Lo curioso es que Bina Daigeler y María Dueñas son amigas. De hecho, la primera le ayudó a la escritora en la fase de documentación de la novela.

2. Un desfile en cada capítulo. Para la serie, se han confeccionado más de 400 trajes a medida y se han alquilado aproximadamente unos 1.500 más en casas especializadas de Madrid, Londres y Roma. En un único capítulo, Sira llega a mostrar 34 looks.




3. La huella de la sastrería ‘Cornejo’. Muchos de los vestidos de la protagonista han salido de la sastrería ‘Cornejo’ de Madrid, que lleva más de 90 años dedicándose a la confección de prendas para producciones teatrales, cinematográficas y televisivas. Los lunes, en prime time, compite consigo misma, ya que también tiene en su currículum haber realizado parte del vestuario de la serie ‘Isabel’. La sastrería Cornejo cuenta, a través de su facebook, que el vestido que Sira lleva en la verbena en la que conoce a Ignacio (primer capítulo) tuvo que confeccionarse tres veces. Si visteis el estreno, recordaréis que la protagonista se tira una bebida por encima. Pues bien, fue necesario hacer hasta tres vestidos para los diferentes momentos: uno para cuando está limpio; otro para cuando se ensucia, y el tercero para el momento en que intenta limpiarlo.




4. La recreación del “Delphos” de Fortuny. En el tercer capítulo vimos cómo Sira decidía hacer un ‘falso Delphos’ para Rosalinda Fox.  Pero, ¿qué es un Delphos? Sin duda, uno de los trajes más famosos de todos los tiempos, obra del artista español Mariano Fortuny y Madrazo, que lo patentó en 1909. Es una especie de túnica de seda plisada, inspirada en el chitón jónico. Hoy en día todavía son un misterio el plisado, resultado de una técnica propia del diseñador, y la gama cromática, elaborada con tintes naturales de origen mineral y orgánico que el mismo fabricó. Parece ser que, tras su muerte, su viuda tiró a un río todas las muestras para que nadie pudiera copiarle.






5. La influencia marroquí. Reflejada en la incorporación de algunas joyas, turbantes y telas de algodón. Señala Bina Daigeler que esta influencia se verá mucho más clara cuando Sira regrese a Madrid.




6. De costurera a sofisticada modista. A lo largo de la serie, veremos cómo el vestuario de Sira va transformándose de forma paralela a su personaje. En España, en este tiempo, se imponían los cortes sobrios, sencillos, con escotes tímidos y cuellos redondos o en pico. Las únicas libertades se veían en los estampados. En los primeros capítulos, hemos visto a la protagonista con faldas lápiz, vestidos de lunares, de flores, con cuello babero...Era la Sira más inocente, que, poco a poco, irá dando paso a una Sira más glamurosa, elegante y sofisticada. Para esta etapa, la inspiración llega de las estrellas de Hollywood de la época: Marlene Dietrich, Greta Garbo y Rita Hayworth. También de las diseñadoras Chanel y Schiaparelli. Estoy segura de que en algún momento veremos a Sira con ese estilo tan 'masculino' de Marlene Dietrich.








7. Los labios, siempre rojos. 
El maquillaje de los años 20 da paso, en la década 1930-1940, a uno más natural. Se usaba el lápiz de cejas, la vaselina para los párpados, sombras, rímmel, colorete y labial rojo fuerte. La base de maquillaje fue lanzada al mercado en 1938 por Max Factor. Las uñas, desde que apareciera la primera laca de uñas de color en 1925, también eran preocupación de las mujeres de la época. Las cuidaban mucho. Por eso, no es extraño ver a Sira Quiroga en los primeros capítulos de la serie con una manicura perfecta.



8. La 'maldición' de las medias de cristal.
Leí hace poco una entrevista a Adriana Ugarte en la que contaba que durante el rodaje rompieron muchas medias de cristal. Las medias de cristal o de nylon causaron furor durante esta época. Fueron inventadas en 1935 por el químico Wallace Hume Carothers y no llegaron a Europa hasta los años 40. Este nuevo tejido aportaba mayor prestación, ya que era mucho más elástico y resistente. Antes de este descubrimiento, eran habituales las medias de seda, aunque resultó muy difícil conseguirlas, ya que tras la I Guerra Mundial se cortó el suministro de seda de Japón.


9. Los complementos, perfectamente cuidados.  Cada uno de los looks que luce Sira Quiroga están perfectamente estudiados. Sombreros, joyas, bolsos y guantes. Es la década de los sombreros diminutos o simplemente pañuelos en la cabeza. Respecto a los bolsos, eran frecuentes los bolsitos al codo. La fabricación de bolsos y carteras se valía de las tendencias en las artes plásticas y decorativas y de los avances de los materiales sintéticos. Durante toda la década de los 30, las asas se acortaron y los convertía en bolsos de mano. Pero si hay un bolso que marcó este tiempo fue la minaudière, creada por Charles Arpels. Era más que un bolso, era una joya. Consistía en un sobre pequeño rígido de plata con baño de oro e incrustaciones de piedras preciosas. ¿Veremos a Sira con una minaudière?





10. Las faldas nunca por encima de la rodilla. En 1930, las faldas se alargan, se marca el talle y se ensanchan los hombros. Se añaden ribetes de piel y se utiliza el cinturón.  Los zapatos pierden altura, gracias a un tacón más bajo y más cuadrado. Hacia 1940, se populariza el traje de chaqueta para calle o tailleur, siempre ajustado y con sombrero y guantes. Empiezan a aparecer trajes con pantalones, aunque todavía es extraño ver a mujeres con ellos. Por su parte, los trajes de noche dejaban hombros y espalda al descubierto.




Para finalizar: Respecto al estilo masculino, es la época del sombrero Trilby y los Zapatos Oxford. 



jueves, 31 de octubre de 2013

Descubriendo a Siemprevivas


Lo reconozco. Donde hay una conferencia o charla, allí estoy y, gracias a esa curiosidad insaciable, pude saber más del trabajo de Siemprevivas

Había oído hablar de ellos, pero conocía muy poco. Había leído en prensa sobre sus diseños; sabía que en la última edición de la Valencia Fashion Week, se habían llevado el premio a la mejor colección en pasarela y me sonaba que Adrián Salvador había protagonizado titulares por ser “el valenciano que había vestido a Michelle Obama y Ana Wintour”, pero poco más. Así que cuando vi que uno de los encuentros de Casa Turia (pop up store que, por cierto, cierra hoy sus puertas) era con Siemprevivas, no dudé en apuntarme. 

Pop Up Store Casa Turia. (Foto: Turia)

Fue menos de una hora, pero lo suficiente para descubrir que Adrián y Lucas, o lo que es lo mismo, Siemprevivas, hablan de su proyecto con las ganas y la cautela de quien está empezando, pero también con la satisfacción de quien ya ha cosechado sus primeros éxitos. Todo parece encajar perfectamente en esta firma que quiere algo más que vender vestidos: busca seducir con su marca.

Colección "Skin". (Foto: Valencia Fashion Week)


Lucas y Adrián eran vecinos, pero no se conocían. El primero, publicista; el segundo, diseñador de moda. Fue una de esas jugadas del destino la culpable de que empezaran a trabajar juntos. Su primera colección fue 21.3 (nombre que alude al día en que da comienzo la primavera). “Nos llamaron para la Valencia Fashion Week y no nos lo pensamos, bueno sí lo pensamos mucho”, cuenta Lucas Zaragosí, ‘la mitad más marketiniana’ de esta empresa, que bromea al hablar de su papel de ‘poli malo’:  “Soy quien le para los pies a la mente inquieta de Adrián (Salvador)”. 

Florencia, Valencia y Nueva York están en el ADN de esta firma. La capital de la Toscana porque ahí empezó todo. Frente al cuadro de Botticelli “La primavera” decidieron que sus creaciones se conocerían bajo el nombre de 'Siemprevivas', una flor que  mantiene sus hojas en invierno y es bastante resistente a condiciones dificultosas de crecimiento. Vaya, perfecto para reflejar la realidad que vivimos. Aunque no se quejan de la situación actual, reclaman lo que muchos de sus compañeros de profesión, que haya más inversores que apuesten por el tejido industrial, la creatividad y la cultura.

Colección 21.3. (Foto: Valencia Fashion Week)


Si Florencia fue el inicio, Valencia es el presente. Tienen su fábrica en la Malvarrosa y su atelier en la Plaza del Ayuntamiento, y, de momento, tienen claro que se quedan aquí. Nueva York es fuente constante de inspiración. Allí, en Joe’s pub, conocieron a Maïa Vidal, una cantante francoamericana, que se ha convertido en ‘chica Siemprevivas’ y según cuentan, creo que también en una gran amiga. Ellos han diseñado el vestuario de su videoclip ‘The big shift’ y ella fue la encargada de poner la música (en directo) de la presentación de su colección cápsula ‘Shirt by siemprevivas’.  Eso fue el pasado mes de marzo en la sala la Gallera.


Videoclip 'The big shift". Si quieres ver el video, pincha aquí.

Tras la primera colección (septiembre de 2011), llegó ‘Instrospection’, ‘If you leave’ y ‘Skin’ y por supuesto, premios y reconocimientos. Estos chicos no paran y, dentro de su forma de entender el arte como un concepto global, han colaborado con la empresa cerámica Peronda en la colección de azulejos ‘Harmony by Peronda’

Ahora, enfrascados en la internacionalización de Siemprevivas (“su niña bonita”, tal y como señalan) han puesto en marcha ‘sleeplateprojects’, un estudio de arte, moda y diseño, cuya primera creación, ‘cocolamp’, fue presentada el pasado mes de mayo.



Apuntad bien este nombre (si todavía no lo habéis hecho) porque les queda mucho por mostrar!

Para finalizar:  Además de su atelier (Plaza Ayuntamiento, 19. Valencia), puedes encontrar sus diseños en VM The shop (c/Sorní. Valencia), Labelle (c/ Barranquet. Moraira) y La Modetheque (Calle Pez. Madrid).












jueves, 17 de octubre de 2013

Cuando Hubert entró en el armario de Audrey


Lo reconozco. Pertenezco a ese grupo de mujeres (bastante amplio) que idolatra a Audrey Hepburn. No puedo estar más de acuerdo con Hubert de Givenchy cuando dijo “no conozco a nadie que en algún momento de su vida no hubiera deseado parecerse a Audrey Hepburn”.


Audrey (Hepburn) y Hubert (Givenchy) fueron grandes amigos. La suya fue una de esas amistades verdaderas. Ella se convirtió en su musa y él en el diseñador que le acompañaría en muchas de sus películas.  Audrey, como expresó en muchas ocasiones, se sentía segura de la mano de Givenchy: “Balenciaga dijo una vez que el secreto de la elegancia radica en la eliminación. Yo pienso igual. Por eso me encanta Hubert Givenchy...Se trata de ropa sin adornos, despojada de todo”. El sello Givenchy se convirtió en una imposición. Si un director quería a Audrey como protagonista, tendría que querer también a su diseñador.

Éstos son mis must have del vestidor cinematográfico de Audrey.


Sabrina (1954). El inicio de una amistad y el motivo de una discordia

Gracias a Sabrina, Audrey y Hubert se conocieron. Tras el éxito de 'Vacaciones en Roma', la actriz se preparaba para rodar 'Sabrina'. Siguiendo el consejo de la Paramount, fue a visitar el taller de un diseñador francés, al que, en la época, se consideraba una gran promesa. Givenchy, al ser avisado de que Hepburn había llegado a su taller, creyó que era Katherine Hepburn, sin embargo, cual fue su sorpresa al encontrarse (y cito sus palabras) con una gondolera, debido al outfit que llevaba Audrey. El diseñador, hasta arriba de trabajo, le dijo que no podía diseñar su vestuario, pero que echara un vistazo a la colección que tenía acabada.

Audrey decidió que la cenicienta Sabrina se convertiría en princesa con un vestido blanco, sin tirantes, y con una cola que se podría desabrochar. Para la película, también escogió un traje chaqueta de lana gris y un vestido negro de cóctel con cuello marinero que iba atado en los hombros con pequeños lazos. 



'Sabrina' se llevó un Oscar por el vestuario, pero no fue Givenchy quien lo recogió. Su nombre no aparecía ni siquiera en los títulos de crédito. La encargada de vestuario fue Edith Head y, por tanto, la estatuilla fue para ella. No mencionó a Givenchy, ni la noche que recogió el premio ni nunca. Su ego se lo impidió. Como curiosidad, ¿os acordáis de Edna Mode, la diseñadora de trajes de superhéroes de la película de Pixar “Los Increíbles? Está inspirada en ella.

Una cara con ángel (1957). Head y Givenchy trabajaron, de nuevo, juntos

En una 'cara con ángel', Edith Head y Hubert de Givenchy volvieron a coincidir. Todos los vestidos del modisto Duval (personaje de la película que está inspirado en el mismo Givenchy) son obra del francés. El resto, de Head. El trabajo conjunto no les fue mal, ya que se hicieron con una nominación al Oscar al mejor vestuario. Sin embargo,  no sé si con polémica o no, fue a partir de esta película, cuando Audrey Hepburn incluyó una cláusula en todos sus contratos en los que se indicaba que Givenchy diseñaría su vestuario. 




Desayuno con diamantes (1961). La elegancia de Holly Golightly

Y llegó 'Desayuno con diamantes' y el despegue definitivo de Hubert de Givenchy en Estados Unidos. El famoso vestido negro de satén también fue elegido por la propia Audrey y hoy me atrevería a decir que es casi más importante que la película. La actriz lo vio en el desfile de la colección del diseñador y lo quiso tal cual, sin cambios ni arreglos. 

Para el rodaje, se encargaron tres vestidos idénticos. Según un catálogo del Museo del Traje de Madrid, uno de ellos -quizás el original, aunque es difícil saberlo- fue donado por el propio Givenchy al citado museo en 2006. El hijo de la actriz Sean Ferrer conserva el segundo, y el tercero fue subastado en diciembre de ese mismo año. Se vendió por 607.720 euros, el precio más alto jamás alcanzado por una prenda cinematográfica. Lo curioso es que el afortunado, un anónimo que pujó por teléfono, resultó ser Bernard Arnault, presidente del grupo LUMH, emporio francés del que es propietario Givenchy, por lo que el vestido volvió a casa.




Otro de mis favoritos es el vestido rosa de seda, que luce la protagonista cuando se entera de la muerte de su hermano. Éste también se convirtió en objeto de culto y fue vendido en 2007, en la subasta anual de Recuerdos del cine y el Espectáculo de Christie’s, por 192.000 dólares. 



Charada (1963). Los abrigos, clave en los looks de Audrey

Si por algo destaca el vestuario de 'Charada' es por el abanico de abrigos y sombreros que luce Audrey Hepburn. Aunque me resulta difícil elegir uno, me quedo con esta maravillosa combinación de print animal y rojo.



Encuentro en París (1964). Su diseñador también creó un perfume

Parece ser que 'Encuentro en París' fue uno de los mayores tropiezos comerciales y creativos de la carrera de Audrey, o tal y como ella dijo, “una de sus películas menos buenas”.

Lo cierto es que una vez terminada, no se estrenó y se aprovechó el tirón de Charada para que finalmente viera la luz. En cuanto a estilismo, el personaje de Gabrielle Simpson (la secretaria que encarna Audrey Hepburn) es impecable. Givenchy, una vez más, no defraudó. Además, creó el perfume que utilizó la estrella durante todo el rodaje. No era la primera vez. Givenchy ya había creado una fragancia exclusiva para su musa y cuando en 1957 quiso comercializarla (bajo el nombre de Audrey Hepburn) ésta le mandó una escueta nota en la que ponía: “Mais c’est interdit!” (Está prohibido). Finalmente, la actriz, que pocas veces podía decirle NO a su amigo, aceptó que el resto de mujeres pudieran disfrutarla y el nombre final del perfume ( l'Interdit) salió de aquella nota.




Cómo robar un millón (1966) y estar siempre perfecta

Para interpretar a la hija de un falsificador de arte, Givenchy la vistió con cerca de dos docenas de modelos. El personaje se completó con el peinado de Grazia de Rossi y el maquillaje de Alberto de Rossi. Los outfits están tan trabajados que hasta en la propia película se bromea respecto al aspecto siempre impecable de la actriz, o mejor dicho, de Nicole. En un momento de la película, en la que debe vestirse como una mujer de la limpieza del museo para poder llevar a cabo su plan, su compañero de reparto (Peter O’Toole) le dice: “Bueno, al menos dará un día de descanso a Givenchy”.

De todos los looks, me quedo con estos tres. El vestido negro de encaje -sublime con el antifaz del mismo tejido- fue subastado en 2009 en Londres por 50.000 libras.






Dos en la carretera (1967). Su desvinculación (sólo cinematográfica) de Givenchy

Y, por último, me permito la licencia de incluir un look que no es obra del diseñador francés. La supervisión del vestuario de "Dos en la carretera" fue de Lady Clare Rendlesman, pero el resultado es igualmente espectacular. Parece ser que el director de la película, Stanley Donen, quiso romper con la imagen de Audrey siempre asociada a su diseñador de cabecera. Por esta razón, la actriz lució en la película modelos de Kent Scott, Michèle Rosier, Paco Rabanne, Mary Quant, Marion Foale y Sally Tuffin que fueron adquiridos en las boutiques de pret-à-porter de París.


Y vosotros, ¿Qué look añadiríais a la lista?

Para finalizar: Hoy acabo el post con un libro para mini fashionistas o, quizás, no tan minis. (Yo ya lo he incluido en mi wishlist navideña). Es un libro para niños sobre la vida de Audrey Hepburn. “Just being Audrey” está escrito por Margaret Cardillo e ilustrado por Julia Denos. Lo publicó en 2011 Harper Collins y puedes comprarlo en Amazon.